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¿Nos gusta leer a los españoles?

Written By MeltingBook on martedì 18 ottobre 2016 | 14:46:00



Según el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), actualmente, un tercio de los españoles encuestados reconoce que no lee libros nunca o casi nunca.

El CIS mantiene que la mitad de los españoles no ha comprado un libro en en los últimos 12 meses. Aunque este dato puede llevarnos a error pues hay quienes tan sólo lo compran para regalo para alguien o lo tienen en la estantería de casa como un accesorio. Y, en el lado contrario, estarían aquellos que los descargan ilegalmente y no constan como compradores. Dejando la compra a un lado, o para otro post, me centraré a continuación en la lectura en sí.

Desde donde escribo, me está siendo muy complejo encontrar personas que quieran unirse al grupo de lectura porque la lectura no está entre sus costumbres habituales.
La causa principal es la falta de tiempo. Si bien es cierto, que los quehaceres diarios ocupan gran parte del día, a quienes nos gusta leer encontramos tiempo para ello. Cuando estaba en plenos exámenes universitarios, ocupaba los descansos de estudio en leer el quinto libro de Harry Potter, pues me tenía enganchada y desconectaba lo justo para no despistar a mi cerebro de lo que estaba estudiando.
Normalmente, los lectores españoles se han situado en Barcelona y Madrid por ser las dos ciudades donde se consume más tiempo en transporte público  en ir y volver al lugar de trabajo; sin embargo, estos lectores han disminuido muy ligeramente por el uso de las aplicaciones del móvil para chatear ha hecho que muchos de aquellos “lectores por pasatiempo”, hayan decidido moverse entre transbordo y transbordo contestando las decenas de mensajes diarios de chat o jugando.

Hay que señalar y destacar, que en España se invierte en que la lectura sea más accesible para todos: hay multitud de bibliotecas, de centros culturales, los biblio-bus, bibliotecas en la red de metro donde puedes coger y dejar el libro en diferentes paradas;al menos en la Comunidad de Madrid llevan y recogen a domicilio libros cuando superas el 33% de discapacidad.
La llegada de los iBook ha hecho que el lector pueda ir más cómodo con un libro menos pesado a su destino y personas que antes no leían, ahora sí lo hagan.
Personalmente, me gustaría que en la sanidad existieran libros accesibles para los pacientes y sus acompañantes.

Pero, España, culturalmente, no somos un país lector pues desde pequeños no hemos visto a nuestros padres leer. España es un país ocioso por climatología y gusto por actividades de grupo y/o deportivas.
Un hecho digno de mención es que en la Biblioteca Nacional no pueden entrar menores de 18 años. Me enteré de esto hace poco porque un niño de unos 11 años se quejó en su propio blog de no poder acceder a ella pero que, según su propia moral, no se ponía ningún impedimento, por su edad, en entrar en otro tipo de espectáculos y recintos.

Las entrevistas a escritores de libros de investigación o de novela, entre otros, suelen ser por la mañana, entre semana, en canales con poca audiencia. (Los libros morbosos o basados en personajes populares ocupan espacios de mayor audiencia pero también, ocupando, a lo sumo, unos minutos).
Además de todo esto, los niños que comienzan a leer en los colegios, con 5 o 6 años, lo hacen de forma obligatoria, como si de un castigo se tratase: 10 minutos diarios con la alarma del reloj puesta.
Todo esto conlleva, a que asociemos la lectura con un pasatiempo, con algo aburrido. No como algo que nos ayuda a viajar con la mente, a aprender, a poder crear, y, sobretodo, a pensar por nosotros mismos.

El lector habitual español medio por placer suele ser mujer de cualquier edad, con tendencia a la novela.
Desde hace varios lustros el periódico más vendido en España es un periódico deportivo, con mucha diferencia sobre el segundo en ventas, también deportivo).

El resto de lectores habituales suelen ser personas que por trabajo lo necesitan para crear, por ejemplo, obras de teatro, cine, tv, otros libros, etc.
Existe una minoría muy interesante, al menos para mí, en los que me he fijado son los jóvenes adolescentes a los que les gusta la música rap, que leen para adquirir vocabulario, leen literatura y consultan diccionarios; y, así, junto a su propia inspiración, tienen base y conocimiento de multitud de palabras y saben expresarse con poemas sonoros. Por ejemplo, el rapero Eminem tiene cajas y cajas llenas de escritos.
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